El pueblo de Cojutepeque es uno de los más antiguos de El Salvador, existiendo en tiempos precolombinos desde que emigrantes nahuatles se establecieran en canton cujuapa el arenal y canton ojo de agua base de acentamientos nahuatles esto se da en el siglo XI. Formaba parte del señorío cuzcatleco, era sólo indígena y no fue hasta 1659 cuando comenzaron a llegar familias españolas. Ha sido capital de la República en cuatro ocasiones (1832, 1834, 1839, y de 1854 a 1858). En la plaza de San Juan existió, hasta principios de este siglo , una hermosísima ceiba, a la que cantó con inspirados versos el bardo lugareño Rafael Cabrera: "La Ceiba de mi Pueblo", "Poema de la Nostalgia". El nombre de Rafael Cabrera está unido, en la inmortalidad, al de Ana Rosa Arias, como "Los poetas novios de Cuscatlán".



Los turistas y visitantes en general encuentran el clima agradable, en comparación con la mayor parte del País, en donde prevalece el clima caluroso. Desde el punto de vista arquitectónico lamentablemente hay poco que ver, principalmente porque la mayoría de las viejas construcciones, hechas de adobe y bajareque, fueron destruidas casi en su totalidad en los terremotos de enero y febrero del 2001, y en su lugar se construyeron casas sin apegarse a ningún criterio estético particular. Cabe destacar el templo de "San Sebastián" como una de las construcciones más antiguas de la ciudad, de la cual únicamente queda la fachada pues en la reconstrucción del templo desarrollada en la decáda de los 80's durante el siglo XX, fue retirado el altar mayor de estilo gótico, donde se encontraban las imágenes de los patronos San Sebastián y la Inmaculada Concepción, así como los patronos de los barrios de la ciudad: Sta. Lucía, San Nicolás, San José y el Corazón de Jesús.


No obstante, en los alrededores de la ciudad se pueden encontrar parajes hermosos, de los cuales el más destacado es el Cerro de las Pavas y el lago de Ilopango.

El Cerro de Las Pavas [editar]Tiene una altura de 5500 pies sobre el nivel del mar. En lo alto del cerro se puede observar hacia el norte a la ciudad; al suroeste se disfruta de la mejor vista del majestuoso lago de Ilopango; al sureste, el Valle de Jiboa, y el histórico volcán de San Vicente. Para acceder a la parte de arriba existen tres vías: una de ellas es la calle adoquinada; otra, el zig zag, un camino ondulado por el que se asciende a pie y es una de las vías preferidas por los cojutepecanos, y una tercera es el llamado "camino de gato", que es una senda semiescondida a la izquierda del zig zag, cubierta por la vegetación del lugar.

El 25 de noviembre de 1949, el Congreso Mariano de San Salvador y las autoridades eclesiásticas inauguraron oficialmente en el Cerro de las Pavas un santuario a Nuestra Señora de Fátima, para lo cual recrearon una gruta de piedra, la cual fue destruida en los terremotos del 2001. La gruta estaba construida con piedra roja extraída del mismo cerro y era resguardada en su parte posterior por una hilera de cactus. Las fiestas en su honor se realizan los días 13 de mayo.


Luego de convertirse en un lugar de peregrinación se detonó el turismo no sólo religioso y se hicieron diversas adecuaciones al lugar, incluyendo la construcción de un restaurante-cafetería, zonas de juegos infantiles y varios miradores. Arriba se pueden disfrutar diversos antojitos salvadoreños en varios puestos ubicados en toda el área.

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